sábado, 21 de septiembre de 2013

Un nuevo plato comestible que no es comestible en absoluto


En el mundo de la cocina modernista siempre se busca sobre exaltar al comensal con técnicas y preparaciones nunca antes vistas, sin embargo, parece que después del nitrógeno líquido y la esferificación con alginato no se conoce mucho más de lo propio de este mundo ni tampoco las pocas limitaciones que posee el mismo. Un elemento poco común y cuya reacción podría ser generalmente de rechazo en la cocina es el uso de helio “comestible”, cuyas propiedades y efectos secundarios son exactamente el motivo de su implementación.



¿Por qué es tan versátil?
El helio es un gas que no contiene olor, color o sabor por lo que es visto como absolutamente insípido e indetectable y en ultimas inservible para todo lo que busca la cocina, que es despertar sensaciones y recuerdos por medio de todos los sentidos posibles. Este gas noble es también el segundo más ligero en el mundo, y más ligero que el aire confiere la cualidad de flotar o elevarse, es estable y poco reactivo por lo que no causara ninguna reacción química con algún elemento con el que se combine, causando así posibilidades infinitas de unión entre millones de compuestos y elementos sin generar cambios desfavorables. Por último y una de las cualidades más divertidas del helio es un efecto secundario que al ser inhalado (única forma de ingerirlo) genera una voz aguda o elevada cuando los pulmones se llenan de este gas y la frecuencia del sonido aumenta; por otro lado, otros efectos que puede generar y la razón por lo que su uso había pasado por alto,  son generalmente mareos y dolores de cabeza pero solo se ve cuando hay una exagerada exposición al gas generalmente a nivel industrial para zepelines y no necesariamente en una cocina.

Primer globo de helio comestible

Si todo lo anterior no se ve como una pérdida sino como una oportunidad, se puede llegar a grandes posibilidades como lo vio Grant Achatz, el dueño del restaurante Alinea de Chicago, quien realizó que las anteriores propiedades permitían inferirle al gas cualquier sabor u olor que deseara sin que este reaccionara de forma peligrosa o cambiara los sabores originales o naturales que le podían introducir. El “globo de helio comestible”, que como explican no es en realidad comestible ya que solo se aspira el gas, está conformado por un caramelo de manzana verde maleable que es inflado con helio y sostenido por una cuerda de manzana verde deshidratada, se presenta flotando encima de la mesa y se le explica al comensal que debe aspirar directamente del globo en donde sentirá un sabor dulce (asimilado por el helio al ser introducido en el caramelo) y ligero con un cambio inesperado en la voz de los comensales para crear una nueva y divertida experiencia, tal como si fueran niños.




Si se piensa como Achatz sobre las posibilidades infinitas de sabores y combinaciones mezcladas con un factor humorístico y divertido que nos otorga el uso del helio, se puede llegar a crear nuevas experiencias inimaginables, para así ir abriendo la mente de los comensales a aceptar sensaciones que normalmente rechazaría, pero que lo llevarán a una nueva apreciación de la experiencia gastronómica y a nuevos platos comestibles que no son comestibles en absoluto.

Carla Rojas Figueroa

Bibliografía    


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