lunes, 16 de septiembre de 2013

Comer sin desperdiciar. Daniela Quintero Leguízamo.

Comer sin desperdiciar

Es claro que a través de los años el tema de los desperdicios tiene más auge, sin embargo, de la misma manera vemos que aunque se han implementado estrategias y proyectos para disminuirlo, estas han sido pocas y en la mayor parte del planeta se sigue desperdiciando comida. Este problema afecta a toda la población mundial, no se trata de pensar que únicamente se habla de quienes por motivos extraordinarios no tienen qué comer, sino de todas las personas que habitamos la tierra, pues desperdiciar comida es desperdiciar dinero y desperdiciar recursos, recursos que tal vez jamás podrán renovarse.
Estudios revelan que  en el mundo se desecha aproximadamente un tercio de la producción anual de comida, es decir 1,3 millones de toneladas, cifra suficiente para alimentar por lo menos cuatro veces a 868 millones de personas que actualmente se encuentran en una situación de hambruna.[1] Y se habla de malgastar los alimentos no solo en el campo industrial y restaurantero (aunque claramente influye en mayor volumen), sino de cada persona, cada hogar.
Para estos efectos, se crean iniciativas que, ojalá, con el paso de los años sean conocidas e implementadas por cada persona, los alimentos no solo son manejados por profesionales, por restaurantes; todas las personas del planeta comen, por ello es necesario crear conciencia y emprender un consumo responsable.
Abra los ojos ante los desperdicios, proyecto que desarrolla Unilever, se trata de una guía que considera que el cambio se basa en realizar unas modificaciones sencillas, habla de que la esencia de una gestión de desperdicios eficaz radica en la aplicación de las tres R; reducir, reutilizar y reciclar. Procesos que se ven íntimamente implicados en distintos procesos que se llevan dentro de un restaurante. Por ende lo ideal sería optimizar dichos procesos y eso implica lo siguiente:[2]
1. Compra: Control a tiempo real de sus existencias y productos vendidos.
2. Almacenaje: Visión general de las existencias, sistematizando el etiquetado por fechas.
3. Preparación: Cuando esté seguro de que va a ser consumida, no exceder su demanda.
4. De la preparación hasta tomar el pedido: Utilización inteligente de productos.
5. Las raciones y el desperdicio en el plato: Raciones correctas, disminución en producción.
6. Eliminación: Los desperdicios que quedan en el plato serán un índice para el ítem número 5. Eliminar residuos de manera sostenible, desperdicios por deterioro y desperdicios durante la preparación.
De esta manera se hace posible que los desechos en la eliminación sean reutilizados, como en el proyecto “Prospare” cuyo objetivo es la transformación de subproductos (residuos) animales desechados por la industria y nunca reutilizados. Este trata de helados elaborados con desperdicios cárnicos mediante un proceso enzimático que recupera la proteína de huesos y recortes, se hace por medio de la solubilización por hidrólisis enzimática; donde las hidrolasas catalizan hidrólisis de enlaces químicos haciendo líquidas las proteínas, dando como resultado suplementos que se podrían utilizar como aditivos en alimentos procesados, en este caso, helados.[3]
Si existen tantas iniciativas, estrategias y proyectos, ¿por qué se sigue desperdiciando la comida?, ¿será necesario verlo de esta manera?



[1] Food Waste: A shame for human kind and for the environment. Recuperado el 15 de septiembre de 2013, de http://www.youtube.com/watch?v=7QbHlWNoyp4.
[2] Abra los ojos ante los desperdicios. Trabaje de manera inteligente. Recuperado el 15 de septiembre de 2013, de http://www.unileverfoodsolutions.es/nuestros-servicios/tu-cocina.
[3] Nuevas tendencias. Helados elaborados con desperdicios cárnicos. Recuperado el 15 de septiembre de 2013, de http://www.gastronomiaycia.com/2013/05/20/helados-elaborados-con-desperdicios-carnicos/.

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